Se ha divulgado el uso del salvado de trigo en casos de estreñimiento. El
salvado es un producto barato que trae fibras laxantes. Sin embargo, lo que no
sabemos o lo que no vemos es que bajo el microscopio el salvado tiene lanzas
punzantes de celulosa, que se comportan como agujetas de fibra medianamente
erosivas del tracto digestivo, y lo irritan al punto que los intestinos deciden
arrojar la materia fecal, obteniéndose el efecto laxante. Este alivio abdominal
puede lograrse con inocuidad usando el salvado de avena o la linaza frescamente
molida. Estas dos fuentes de fibra reducen el colesterol. Nunca se debe
adquirir la harina de linaza, pues ahí tenemos una nociva presencia de grasas
rancias. Después de dos horas de molida la linaza, sus grasas altamente insaturadas
se han oxidado y el resultado es daño a las arterias.
Muchos piensan que el trigo integral es la respuesta a la invasión de las harinas blancas, pero, aunque el trigo sea integral, presenta, como todos los alimentos, sus debilidades y complicaciones que muchos ignoran. Entre ellas tenemos al gluten, que es la proteína del trigo. El nombre del gluten del trigo se deriva de las propiedades aglutinantes que presenta: es cohesiva y pegajosa, nos permite amasar el pan y con él hacemos el engrudo para fijar pancartas y afiches. Pero estas propiedades también son válidas y aplicables para la sangre y los tejidos del cuerpo. Por ello, las harinas están contraindicadas en casos de catarros, sinusitis, bronquitis y artritis.
De todos los cereales, el trigo es el que presenta el mayor problema de gluten, aunque también está presente en el centeno, la cebada y la avena. La enfermedad celíaca es autoinmune, una condición en la que el sistema inmunológico reacciona al gluten del trigo. Es tan fuerte la reacción que se atrofian los intestinos y el tegumento interior de los intestinos se erosiona, y así se produce mala absorción de nutrientes. Un porcentaje mayor de personas no presenta síntomas y tiene enfermedad celíaca silenciosa. La condición no se diagnostica y la enfermedad autoinmune va avanzando. Quienes la padecen no se dan cuenta de que es el gluten lo que está desgastando su salud.
Una de las enfermedades autoinmunes asociadas a la enfermedad celíaca es la diabetes insulinodependiente, así como también otras enfermedades autoinmunes que comprometen el funcionamiento de la glándula tiroidea y la dermatitis herpetiforme.
Síntomas comunes de la enfermedad celíaca
1. Dolor abdominal.
2. Diarrea y/o estreñimiento.
3. Fatiga.
4. Depresión.
5. Embotamiento abdominal.
6. Deficiencia de hierro.
7. Bajos niveles de nutrientes esenciales: vitaminas (D y K) y minerales
(magnesio, calcio y zinc).
8. Frecuentes aftas en la boca.
Debido a que la enfermedad celíaca degenera y atrofia el tracto digestivo,
el riesgo de generar cáncer en el intestino delgado se incrementa de 4 000 a 10 000 por ciento en pacientes con esta enfermedad. El riesgo de tener cáncer al esófago o laringe también es mucho mayor. Otras razones están en la deficiencia de nutrientes en la sangre debido a la mala absorción y en la alta concentración de radicales libres.
La sensibilidad al gluten comprende una amplia gama de enfermedades. La
enfermedad celíaca es tan solo un minúsculo ápice, la punta del iceberg. Debajo
encontramos un grueso porcentaje de personas que padecen de enfermedad celíaca
silenciosa, otro grupo que padece de sensibilidad al gluten y nula absorción intestinal, y otras personas que tienen irritación e inflamación intestinal ocasionadas por el gluten. La prestigiosa revista médica The Lancet nos dice que las dietas altas en gluten de trigo pueden alterar las funciones normales del tegumento interno del intestino delgado en personas sanas.
La colitis o inflamación del colon es una enfermedad muy común en la sociedad y frecuentemente
resulta en la diarrea. Sus causas son diversas y entre los factores que la
ocasionan se encuentra la sensibilidad al gluten. Los médicos que han hecho
biopsias al colon en pacientes con colitis han encontrado que el tejido es casi
prácticamente idéntico al de la enfermedad celíaca del intestino delgado. De
igual manera, una dieta libre de gluten beneficia enormemente a pacientes con
afecciones gastrointestinales, incluyendo colon irritable y úlceras
estomacales. Por lo tanto, vale la pena que cualquier paciente que padezca de
una de estas dolencias al tracto digestivo experimente con una dieta libre de
gluten.
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