Muchas personas buscan una
dieta que sirva de base para avanzar más rápidamente en su deporte, su
profesión o su camino espiritual. No basta estar libre de enfermedades y
dolores: el hombre también desea explora nuevos territorios de la conciencia. Y
un noble objetivo final es la libertad, la liberación de todas las trabas
físicas, emocionales y espirituales.
Existen
personas de sobresaliente inteligencia y agudeza mental que comen cremas
dulces, carnes en exceso, leche, alcohol y, quizá, fumen tabaco. Verlas puede
hacernos menospreciar el efecto de nuestra alimentación. Pero lo importante es
comprender que, si bien esta alimentación permite que las facultades cerebrales
operen con relativa conformidad, existirá un tope limitante, y estos comensales
inteligentes no podrán prosperar en otros niveles, ni escalar hacia otros
territorios. La conciencia quedará limitada.
Se
presume que el cuerpo es una máquina que necesita combustible, y que nuestra
alimentación no ejerce influencia alguna sobre la evolución de nuestra alma y
nuestra felicidad espiritual. Sin embargo, debido a que todo es energía, la
comida es una poderosa manera de modificar la energía de nuestro cuerpo.
Existe
un gran universo de personas que no padecen enfermedad, otras enfermas,
algunas obesas y otras que no necesitan adelgazar. Personas que, aunque no
presentan problemas a nivel físico, buscan liberarse de trabas psicosomáticas y
crear el espacio necesario para crecer espiritualmente. Ellas pueden
considerar, entonces, recurrir a una dieta pitagoreana, según su constitución y
necesidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario