Bienvenidos a NO TOMO LECHE.

Estas y otras preguntas hallarán respuesta en este espacio. También habrá propuestas de reemplazo para este "alimento" nocivo.

Todo el contenido de este blog se obtiene del libro La nutrición inteligente (2010) de Sacha Barrio Healey.

lunes, 8 de abril de 2013

LAS GRASAS VEGETALES CRUDAS

Las grasas cocinadas tienen una estructura ofensiva para nuestro cuerpo. Taponan las arterias y vuelven el sistema linfático viscoso y denso. Debido a que la grasa cocinada no se diluye en agua, obstruye la circulación, es difícil de metabolizar y, por lo tanto, contribuye a la obesidad.

Al comer grasas crudas como palta, coco, ungurahui, ajonjolí, linaza y sacha inchi, no engordamos porque contienen enzimas de lipasa, que ayudan a digerir la grasa. Por lo general, las personas con sobrepeso tienen una dieta carente de enzimas de lipasa. Por lo tanto, incluir lipasa de plantas crudas y de sus aceites nos ayuda a metabolizar los excesos de grasa acumulados en el cuerpo. Es importante subrayar que la grasa vegetal saturada e insaturada en su forma cruda son benéficas. Entre las grasas saturadas tenemos el coco y el cacao. El ungurahui, la palta y el olivo son principalmente grasas monoinsaturadas, que también ayudan a mantener el equilibrio. Al cocinarse, la grasa pierde su lipasa y se altera químicamente.

En las grasas crudas encontramos todos los antioxidantes naturales. La vitamina E, en el sacha inchi, es una extraordinaria fuente de una amplia gama de tocoferoles. El cacao crudo ofrece la bendición de los flavonoides catequina y epicatequina, muy buenos para el corazón.

El paciente diabético se beneficia evitando la carne animal. Las carnes no elevan los niveles de glucosa, pero sí aumentan los niveles de la insulina, lo cual a largo plazo es un agravante. Tras dejar las carnes animales, el paciente puede sentir falta de calorías. Esta hambre no es necesariamente por falta de proteína, y más bien debe llenar el vacío con una dosis adicional de grasa vegetales crudas y no refinadas. Por otro lado, la proteína y sobre todo la grasa del pescado activan la recuperación en la diabetes.

Las grasas crudas también ayudan a bajar los niveles de azúcar en la sangre, pues son ricas en antioxidantes. Esto se explica técnicamente de la siguiente manera. El omega 3 se elonga en el cuerpo en EPA. Esto a su vez es precursor de las prostaglandinas PG3, las cuales reducen el nivel de insulina en la sangre. El alto consumo de carbohidratos y azúcares simples eleva el nivel de insulina en la sangre, así como también las prostaglandinas PG2, que son derivadas del ácido araquinódico, proveniente de carnes animales.

La persona que padece diabetes, para obtener el mayor provecho de los granos alimenticios, puede consumirlos germinados. Durante la germinación el contenido de carbohidrato de la semilla desciende, y se generan vitaminas, aminoácidos y enzimas que ayudan a las funciones de nuestros órganos digestivos.

Extraído de El_secreto_de_los_carbohidratos (2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario