Bienvenidos a NO TOMO LECHE.

Estas y otras preguntas hallarán respuesta en este espacio. También habrá propuestas de reemplazo para este "alimento" nocivo.

Todo el contenido de este blog se obtiene del libro La nutrición inteligente (2010) de Sacha Barrio Healey.

martes, 16 de noviembre de 2010

Las leches de fórmula

Los bebés que consumen leches de fórmula se colman de grasas y proteínas. Después de un tiempo de haberlas tomado, se puede ver que todas sus vías respiratorias se congestionan, tienen heces fétidas, alergias y continuos resfríos y catarros. Algunos bebés engordan de manera poco saludable: con una papada enorme, distensión abdominal por gases y una frecuente liberación de flemas nasales y bronquiales. Estos bebés, en muchos casos, son incapaces de liberarse de un resfrío común. Esto no es sorprendente si sabemos que la leche materna ofrece protección inmunológica al bebé. La leche materna tiene lactoferrina, lisozima e inmunoglobulinas. La lisozima de la leche materna se adhiere a las bacterias y permite que las células fagocíticas puedan combatir con mayor facilidad a la bacteria.

He observado muestras de rápida recuperación cuando se suspende la leche de fórmula. La palabra fórmula es una expresión que denota ciencia, matemática de laboratorio y crea 1a expectativa de que la satisfacción de todos los requerimientos del bebé ha sido calculada científicamente. Pero las leches de fórmula difieren mucho en su composición. Lamentablemente, todas comparten el hecho de ser un polvo deshidratado que luego será reconstituido. Ya hemos dicho que la leche.de vaca no se puede pasteurizar y menos pulverizar. El lácteo en polvo es motivo de innumerables cuestionamientos por profesionales de la salud y especialistas en lactancia. La leche de fórmula es una suma de sustancias sin vida, a diferencia de la leche materna, que es un alimento vivo y versátil. En realidad, la ciencia de la leche materna es incomparablemente superior frente a las pretensiones científicas de la leche de fórmula.

La leche materna es un alimento insustituible. Muchos promotores de lactancia opinan que la lactancia debe prolongarse lo más posible, mucho más allá de los seis meses recomendados por la pediatría oficial. Lamentablemente, la tendencia es reemplazar rápidamente la lactancia con la fórmula.

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